Laura G. Miranda

Laura G. Miranda

NIRVANA

Entre connotaciones de quietud y paz
liberada de anclas y límites proféticos
mi vida siempre reinicia ciclos circulares complejos.

Al margen del tiempo medible sin principio ni fin
ni dualidad que pueda definir en palabras sabias
mi camino siempre descubre historias fantásticas.

Sin condicionamientos que se detengan ante nada
o por nada propiciando pausas insensatas
mi certeza siempre redimida arrebata galas.

El nirvana que me invade es indescriptible y abnegado
sólo puede conocerse desde mi experiencia profana.
Es el centro de un dibujo milenario poderoso
que me atrapa sapiente sin explicación lógica
muriendo y renaciendo en mi silencio augural.

Inmersa en mi nirvana atípico transmigraré apresurada
a la existencia que viene y se anuncia perfumada.
Portaré el éxtasis que conlleve la prolija memoria selectiva
de este samsara que se define aquí y ahora desbordado
de sueños claros, utopías hondas y ganas arraigadas.

Elevo la marcha en este discurso que respiro.
Intensifico mis destinos en este viaje que improviso
acaso sin regreso y seguro sin despedidas.

Transmigraré por vez última, lo sé.

Asistiré puntual a mi promesa pactada
abrigada con el cuerpo que hoy sostengo
y cómplice de mi única religión sin plegarias.

Entonces, en un estado subjetivo de conciencia
te convidaré a beber mi nirvana cuando llegues
y te diré en silencio agudizando mi mirada
cuanto te pensaba en mi espera.